Dossier:

La importancia de la educación para las niñas

La educación es uno de los motores más definitivos a la hora de conseguir un cambio social hacia un modelo más justo, solidario y sostenible. Las mejoras en las condiciones de vida de las comunidades crecen exponencialmente conforme aumenta el grado de formación de sus habitantes, saber leer, escribir, contar o razonar de forma crítica proporciona una gran herramienta para salir del Círculo de la Pobreza.

Aunque en los últimos años se han producido muchos avances en torno a la matrícula de niños y niñas, sobre todo en educación primaria, la situación sigue siendo muy negativa en el grado de retención y éxito escolar. Hecho que se agrava cuando se trata de acceder a la educación post-primaria. Según la UNESCO más de 69 millones de adolescentes están excluidos/as de la educación secundaria, siendo las chicas quién más se ven afectadas por esta situación.

A nivel general las barreras que impiden el acceso a la escuela a niños, niñas y adolescentes son las siguientes:

-Ir a la escuela sigue siendo caro. A pesar de que se considera en muchos países que la educación obligatoria es gratuita, en la práctica las familias pobres deben enfrentarse a costos (uniformes, libros de texto, material escolar, etc.) que sobrepasan su nivel de ingresos y hace inviable que puedan enviar a chicos y chicas a la escuela.

-La inversión en educación es insuficiente Los estados siguen sin dotar a sus sistemas educativos de las infraestructuras y profesorado suficientes para atender a la población infantil. Situación que se agrava en los entornos rurales donde niños y niñas tienen que recorrer largos trayectos para poder acceder al centro escolar.

-La lacra del trabajo infantil. En situaciones de pobreza niños y niñas entran de forma prematura en el mundo laboral lo que les hace abandonar la escuela o simultanearla con el trabajo, en cualquiera de los casos estas situaciones ponen en peligro su desarrollo físico, mental y emocional, arrebatándoles la posibilidad de mejorar sus condiciones de vida.

-No se garantiza la educación de calidad. En muchos países pobres los estándares educativos son totalmente arbitrarios, no se aplican políticas de evaluación y monitoreo exhaustivos en cuanto a nivel de enseñanza y cumplimiento de horarios y calendario escolar. Tampoco se incluyen en los planes educativos contingencias para emergencias, sobre todo en países extremadamente vulnerables a crisis humanitarias. Por lo que los alumnos y las alumnas que asisten a los centros escolares no reciben una formación eficaz que les permita prosperar y tener un futuro digno.

Este panorama al que se enfrenta millones de niños y niñas en países desfavorecidos, se torna aún más negativo en el caso de las niñas que ,además de las barreras anteriores, se enfrentan a un conjunto único de obstáculos a la hora de acceder a la educación y que viene determinado por el hecho de ser mujeres. Los principales son:

-Violencia e Inseguridad. Muchas niñas y adolescentes son víctimas de violencia y abusos en caminos y senderos cuando van a la escuela, sobre todo en el entorno rural. También se enfrentan a empujones y golpes en los patios escolares, a soportar las burlas e insultos de sus compañeros de clase, o a ser humilladas mediante la propagación de rumores difamatorios que circulan de boca en boca, por teléfonos móviles o por Internet. Tampoco podemos obviar las situaciones de agresión sexual de otros estudiantes o profesoresLos datos son escalofriantes 6 de cada 10 víctimas de violencia sexual son niñas y adolescentes menores de 13 años

-Matrimonio Infantil y embarazo precoz. Situaciones a las que se enfrentan miles de niñas cada día, que son retiradas del sistema escolar y privadas de su infancia para ser casadas de forma precoz por cuestiones económicas o e se quedan embarazadas tras sufrir las agresiones de muchachos mayores que ellas o de hombres que las engatusan con regalos o dinero. Aunque en algunas regiones se permite a las jóvenes madres volver a clase tras haber dado a luz, lo más común es que el embarazo suponga el fin de su escolarización y la limitación de sus oportunidades de conseguir independencia social y económica. El embarazo no deseado puede tener consecuencias graves, como aborto no seguro, suicidio y reacciones familiares que pueden conducir al aislamiento social y la exclusión. En cualquier caso la incidencia de estas problemáticas es nefasta porque sistemáticamente se que violan lo derechos fundamentales de las niñas, privándolas de acceder a la educación, poniendo en peligro su saludo y sesgando sus posibilidades de tener un futuro digno.

-Falta de infraestructuras Sanitarias. Un hecho tan simple como disponer de agua en las escuelas y sanitarios adecuados, en perfectas condiciones y segregados por sexo, garantizando la higiene e intimidad de las niñas, disminuye el absentismo escolar femenino. Las condiciones materiales y la falta de formación fomenta que las chicas dejen de ir a la escuela cuando están en su periodo menstrual.

-La subvaloración de la educación de las niñas. A pesar de la gratuidad de la educación obligatoria en muchos países, siempre hay gastos asociados al acceso a la educación que plantea a las familias que tengan que decidir a qué hijos o hijas dar prioridad para su escolarización, y en esta elección son siempre las niñas las que salen perjudicadas cuando no hay dinero suficiente para pagar su educación.

El resultado de estas desventajas suele ser que muchas niñas acudan a las escuelas con miedo o que en incontables casos no las manden al centro escolar, abandonen sus estudios o dejen de participar en las actividades escolares. Esta situación supone una violación de sus derechos y un claro incumplimiento tanto de las normas internacionales de derechos humanos como por el derecho interno de los países que están obligados a proteger a las niñas y fomentar su desarrollo en libertad y garantizando la igualdad de oportunidades. Para ello los estados deben asumir el reto de dotar a sus sistemas educativos con los recursos y los programas formativos suficientes para preservar los derechos humanos.

Así mismo todos los actores sociales (docentes, comunidad, progenitores, etc) deben compartir esta responsabilidad de generar una escuela más igualitaria y generar acciones que fomenten la inclusión plena de las niñas. Empezando por denunciar y prohibir situaciones de discriminación, abuso o violencia, escuchando las necesidades expresadas por las niñas, exigiendo dotaciones materiales y humanas necesarias para un escuela de calidad o apoyando la generación de modelos basados en la coeducación y la equidad de género.

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