Si hacemos un análisis más profundo vemos una serie de incongruencias que afectan tanto al cumplimiento como a la formulación de los mismos en su día y que es necesario visibilizar y evidenciar las debilidades.
.Por un lado estamos ante una serie de conclusiones establecidas de forma cuantitativa y no cualitativa. Ejemplo claro de ello lo encontramos en el segundo objetivo “Lograr la enseñanza primaria universal”, el informe de Naciones Unidas pone un énfasis especial en el primer indicador del mismo “Tasa neta de matriculación en la enseñanza primaria” que aumenta al 90%, pero el dato pierde su valor si se tiene en cuenta que uno de cada cuatro menores que asisten a la escuela en las regiones en desarrollo abandonará los estudios antes de completar el ciclo. Las mismas luces y sombras se observan con el grado de cumplimiento en los 7 objetivos restantes.
Parte del problema viene asociado a los sistemas internacionales de recopilación de datos sobre el nivel de acceso a los servicios fundamentales como el agua, el saneamiento, la alimentación, la salud, educación y a la protección social, si algo queda absolutamente claro es la necesidad de revisarlos de modo que permitan evaluar plenamente la calidad, disponibilidad, accesibilidad física y asequibilidad a dichos servicios fundamentales. Así mismo los datos recogidos deberían interpretarse teniendo en cuenta los motivos más comunes de discriminación, como el sexo o la etnia.
Otro aspecto a resaltar es que los OMD apenas mencionan los derechos humanos. El cumplimiento de las normas relacionadas con los mismos deberían ocupar un lugar central en las iniciativas emprendidas en el marco de los ODM a fin de que se cumplan las promesas hechas en la Declaración del Milenio. La integración del principios internacionales en materia de derechos humanos fortalecerían las medidas para erradicar la pobreza y ayudarían a garantizar un progreso real en el cumplimiento de los derechos civiles, culturales, económicos, políticos y sociales de todas las personas.
Es claro que los derechos humanos deberían haber sido una prioridad en los ODM, empezando por la mejora de la rendición de cuentas de los gobiernos y el grado de cumplimiento de los mismo en materia de derechos humanos. Fomentar la inclusión de los colectivos excluidos, discriminados y marginados, y garantizar la participación de todas las personas en las decisiones que afecten a su desarrollo humano y social son decisivos para fomentar un orden mundial más equitativo.
Todas estas cuestiones nos deben hacer reaccionar en un momento en el que la lucha por la reducción de la desigualdad extrema no sólo debe ser entre países, sino dentro de los propios países porque en último término lo fundamental es la defensa de la dignidad de las personas.
Para Ayudemos a un@ Niñ@ es necesario seguir trabajando en cuatro ejes imprescindibles: Educación, Salud, Alimentación y Defensa de los Derechos Humanos.
La educación es determinante a la hora de erradicar la pobreza, la inclusión de personas en situación de pobreza garantiza mayores posibilidades de superarla, hay datos que así lo confirman, una persona reduce en un 6% la posibilidad de ser pobre o excluido socialmente por cada año de educación que supera. La piedra de toque central sigue siendo la necesidad de inversión educativa que es uno de los mejores mecanismos apara romper con la reproducción de la pobreza inter-generacional y superar las desigualdades sociales en un país. Aumentar el gasto público en educación, optimizar la distribución del mismo, apoyar y formar al cuerpo docente y convertir a la escuela en un centro dinamizador, inclusivo y cercano a su entorno son medias imprescindibles para la lucha contra la pobreza.