
Convivir en paz: un proceso necesario para el desarrollo sostenible
El Día Internacional de la Convivencia en Paz se celebra cada año el 16 de mayo, y fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2017 (Resolución A/RES/72/130).
Este día promueve la tolerancia, la solidaridad, el respeto y la diversidad cultural como pilares para construir una sociedad más justa y pacífica. Invita a las personas y comunidades a vivir juntas, aceptarse unas a otras y resolver los conflictos mediante el diálogo y la comprensión, ya que la paz no sólo es la ausencia de conflictos. Convivir en paz consiste en aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida. Es un proceso positivo, dinámico y participativo en que se debe promover el diálogo y solucionar los conflictos con un espíritu de entendimiento y cooperación mutuos.
¿Qué es la convivencia en paz?
Convivir en paz no significa simplemente la ausencia de conflictos, sino la capacidad de aceptar y respetar al otro en su diversidad. Es un proceso activo que requiere diálogo, empatía, cooperación y, sobre todo, una profunda convicción de que todos tenemos derecho a vivir con dignidad y sin miedo.

¿Por qué es importante hoy más que nunca?
Vivimos tiempos complejos, marcados por conflictos armados, discriminación, discursos de odio y polarización. Frente a esto, la convivencia en paz no es un ideal lejano, sino una necesidad urgente. Fomentar la paz en nuestras comunidades, escuelas, familias y espacios de trabajo puede ser el primer paso para transformar el mundo desde lo local hacia lo global.
La paz comienza con gestos cotidianos: escuchar al otro con respeto, resolver conflictos mediante el diálogo, defender la justicia sin recurrir a la violencia, tender puentes donde otros levantan muros.
¿Cómo podemos promover la convivencia en paz?
- Educar en valores: La educación para la paz debe ser parte fundamental del desarrollo humano desde la infancia.
- Fomentar el diálogo intercultural: Reconocer la riqueza de la diversidad y promover espacios de encuentro.
- Rechazar toda forma de violencia: Desde la física hasta la simbólica, incluyendo el lenguaje hostil o excluyente.
- Promover la igualdad y la justicia social: No hay paz sin equidad, ni convivencia sin inclusión.
Un compromiso colectivo
El 16 de mayo no es solo una fecha simbólica; es una llamada a la acción. Cada uno de nosotros tiene un rol que desempeñar en la construcción de una cultura de paz. Porque convivir en paz no es una utopía, sino una elección que hacemos día a día, en cada palabra, en cada decisión, en cada gesto hacia el otro.