Objetivo 2: Poner fin al hambre
Los niveles de inseguridad alimentaria entre las mujeres están aumentando, en 2020 ya eran un 10% MÁS ALTOS en mujeres que en los de los hombres, comparado con un 6% más altos en 2019.
La mayor parte de las comidas que se consumen en las casas de todo el mundo son preparadas por mujeres y niñas, quienes también cultivan gran parte de los alimentos.
Casi una tercera parte de todas las mujeres con empleo en el mundo trabaja en la agricultura, esto sin contar a las trabajadoras autónomas ni a las trabajadoras familiares que no reciben remuneración.
Sólo el 13% de mujeres son PROPIETARIAS de tierras.
En Asia Meridional y África Subsahariana el 60% de las mujeres con empleo trabajan en la agricultura con EMPLEOS INFORMALES O MALPAGADOS, con escasa o ninguna protección social.
En épocas difíciles, las mujeres y las niñas siguen siendo LAS PRIMERAS EN COMER MENOS, a pesar de ser las que más trabajan por asegurar la alimentación de sus hogares.
Los programas para el suministro de suplementos de HIERRO Y ÁCIDO FÓLICO para niñas adolescentes, por ejemplo, se redujeron un 45%
Una de las principales causas de muerte durante el parto sigue siendo una alimentación inadecuada y una nutrición deficiente EN LAS MUJERES EMBARAZADAS Y LACTANTES.
Consume de manera responsable comprando productos de comercio justo que ayuden a crear un sistema de comercio sostenible, el cual pueda proporcionar a trabajadoras y trabajadores una retribución adecuada.
Come menos carne. Se destinan más recursos para la obtención de carne que para el crecimiento de las plantas.
Congela los productos frescos y las sobras si no vas a poder comerlos antes de que se estropeen. También puedes hacerlo con la comida para llevar o de reparto, si sabes que no te va a apetecer comerla al día siguiente. Así, ahorrarás comida y dinero.
Dile a papá y mamá que planifique las comidas, hagan listas de la compra y eviten las compras impulsivas. No hay que caer ante los trucos de comercialización que llevan a comprar más alimentos de los que se necesitan, sobre todo en lo que respecta a los productos perecederos. Aunque pueden ser más baratos por peso, al final pueden resultar más caros si tenemos que desechar gran parte de esa comida.
Hay bancos de alimentos que se ocupan de recolectar productos alimenticios para hacérselos llegar a quienes los necesitan. Y no lo olvides: dona alimentos no perecederos.
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